Nos resulta obvio que cuando un colaborador necesita especializarse, ampliar o actualizar sus conocimientos y habilidades, que tome un curso o busque ayuda para lograrlo. Sin embargo, cuando necesitamos desarrollar habilidades o competencias para lograr que lo que se supone que hacemos bien, lo hagamos mejor, en lugar de buscar ayuda o formación lo que nos surge espontáneamente es la defensa. Aún cuando de nuestra propia falta de consciencia podamos perjudicar a la empresa y a nuestros colaboradores.
Un coach te ayuda a revisar tus estándares y superarlos.
Si pudiéramos emular a los deportistas que logran ganar medallas y batir records, ellos sin conflictos se hacen guiar por entrenadores. Sus entrenadores les permiten revisar la forma en que obtienen resultados, y los dirigen en sus entrenamientos para generar hábitos que conducen al éxito.